viernes, 28 de diciembre de 2012

Vuela libre, pequeño colibrí...

... y que nadie se interponga entre las flores y tú.


La belleza se encuentra presente en cualquier detalle...

... pero también en las grandes expresiones artísticas.



Y motiva saber que hay personas que aman lo que hacen, que se dedican en cuerpo y alma a la expresión y que saben crear la belleza que realmente nos toca el corazón.
Son personas que hacen surgir obras hermosas de la nada, y que sólo con sus manos o su voz nos llevan de viaje a los lugares más remotos que, realmente, se encuentran aquí cerca, en nuestro corazón.
Estas personas, queridos lectores, se llaman artistas.
Y esa mujer de ahí arriba es un gran ejemplo de ellos.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

sábado, 22 de diciembre de 2012

A día de hoy, me veo obligado a tomar las siguientes medidas. Nadie me dijo que fuera lo realmente correcto, y si lo hizo, sus palabras me resultaron completamente vacías. Sin embargo, no puedo evitar hacerlo. No puedo permitir anteponer mis sentimientos al bien común de una nación.
Por eso tengo entre manos la sentencia de muerte para la mujer que cambió mi vida. Ella iluminaba mis días con su amplia sonrisa, llenaba mis noches con sus caricias llenas de amor y evitaba mis equivocaciones con una sola mirada desde sus ojos felinos.
Pero no puedo permitir que esta rebeldía continúe. Si quiero controlar todo un Estado, he de controlarlo entero, y no hacer la excepción a una persona por amor. Esto demostraría mi debilidad y podría crear conflictos que más me valdría evitar.
Por eso he de ejecutarla yo mismo, mirando esos ojos que un día me enamoraron.


A ti, amor mío, no puedo dejarte vivir. Espero que lo entiendas. No puedo soportar que te sientas presa de las normas que, como líder, me veo obligado a tomar, y tú misma dijiste que preferías morir de pie a vivir arrodillada. Siempre has defendido tu postura, y ahora será ésta la que te lleve a la muerte desde la celda en la que mis guardias te mantienen presa.
¿O seré yo quien lo haga, realmente?
 

Firmado,
el hombre que se enamoró de una mujer de espíritu libre.


"Ella es mi arte"

Para mí, ella es una musa sin comparación. No tengo más que observar sus sutiles movimientos sobre el lienzo o el papel, pincel o lápiz en mano, para sentir en mi interior el deseo más irrefrenable de abrazarla y estrecharla contra mí, de pedirle que nunca se marche de mi lado. Al borde de la más terrible muerte me bastaría con observar una vez más sus ojos oscuros, sus cabellos rizados y exuberantes, sus redondeadas curvas de diosa para poder morir en paz.
Y nada me produce más placer que observar su silueta bajo las sábanas, lamida por la luna, en mis noches en vela. Podría adorarla día sí y día también, si ella me lo permitiera.
Porque ella, lector, es la reencarnación en vida del arte. La belleza, la pasión, la verdad; todo lo que desea tener consigo el artista se plasma en una única persona cuyo camino se ha cruzado con el mío.

Firmado,
             un artista.