viernes, 31 de mayo de 2013

Pobre tigresa.

Bruma ha caído. Bruma ha fracasado. Bruma ha sido vencida. Bruma ha fallado. Bruma ha llorado. Bruma ha sido destruida. Bruma ha sido olvidada. Bruma ha sido despreciada.
A Bruma pegaron, y a Bruma también hirieron. De Bruma se rieron, y a su costa se divirtieron. A Bruma abandonaron y a ella misma la abrasaron.
Bruma ha muerto; Bruma ha sido derrotada.
Pero Bruma resucita y sigue caminando.

B.

viernes, 24 de mayo de 2013

Un personaje muy especial

Me llamo Kvothe, que se pronuncia "cuouz". Los nombres son importantes porque dicen mucho sobre la persona. He tenido más nombres de los que nadie merece.
Los Adem me llaman Maedre. Que, según cómo se pronuncie, puede significar la Llama, el Trueno o el Árbol Partido.
La Llama es obvio para todo el que me haya visto. Tengo el pelo de color rojo intenso. Si hubiera nacido hace un par de siglos, seguramente me habrían quemado por demonio. Lo llevo corto, pero aun así me cuesta dominarlo. Si lo dejo a su antojo. se me pone de punta y parece que me hayan prendido fuego.
El Trueno lo atribuyo a mi potente voz de barítono y a la instrucción teatral que recibí a temprana edad.
El Árbol Partido nunca lo he considerado muy importante. Aunque pensándolo bien, supongo que podríamos considerarlo al menos parcialmente profético.
Mi primer mentor me llamaba E'lir porque yo era listo y lo sabía. Mi primera amante me llamaba Dulator porque le gustaba cómo sonaba. También me han llamado Shadicar, Dedo de Luz y Seis Cuerdas. Me han llamado Kvothe el Sin Sangre, Kvothe el Arcano y Kvothe el Asesino de Reyes. Todos esos nombres me los he ganado. Los he comprado y he pagado por ellos.
Pero crecí siendo Kvothe. Una vez mi padre me dijo que significaba "saber".
Me han llamado de muchas otras maneras, por supuesto. La mayoría eran nombres burdos, aunque muy pocos eran inmerecidos.
He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.
Quizá hayas oído hablar de mí.

Patrick Rothfuss, El Nombre del Viento.

domingo, 19 de mayo de 2013

Seamos reales; seamos etéreos.

Dos espíritus de la salvaje Madre Naturaleza realizan una danza nocturna. Un, dos; un, dos, tres; se mueven al compás de una música silenciosa que sólo ellos escuchan. Sus zarpas crean melodías de armónico placer al rozar la tierra bajo sus cuerpos; sus gruesas pieles se muestran tensas y cada vez que sus corazones bombean sangre es perceptible la onda de sus venas.
Dos espíritus de la salvaje Madre Naturaleza se han librado de sus ataduras y sienten que vuelan, a pesar de que ninguno de sus cuerpos está dotado de alas o plumas. No conocen las jaulas, nunca han visto los barrotes. La ignorancia del mundo real se cierne cruelmente sobre ellos y amenaza con dejar caer su manto de podredumbre sobre las vidas inocentes de este par de almas.
Dos espíritus de la salvaje Madre Naturaleza se persiguen y juegan a odiarse. Se amenazan, gruñen y marcan su espacio en un mundo etéreo que les pertenece sólo a ellos.
Dos espíritus de la salvaje Madre Naturaleza despiertan de sus sueños. Uno ama, el otro ignora, y continúan existiendo en mundos paralelos.

B.

sábado, 18 de mayo de 2013

¿Quién soy yo?

¿Soy esa que me mira desde el espejo con cara de perro y el pelo alborotado? ¿Soy la que se levanta cada mañana triste dejando atrás un mundo de sueños y se acuesta cada noche feliz introduciéndose de nuevo en él? ¿Soy la que llora a escondidas del mundo y finge estar bien para no despertar sospechas? ¿Soy esa que escucha y calla, o por el contrario soy esa otra que habla y cierra sus oídos? ¿O soy las dos a la vez?
¿Soy ese tigre que corre por la selva, o soy el lobo que aúlla a la luna en el frío bosque invernal? ¿Soy rebelde o soy serena? ¿Soy apariencia o soy experiencia? ¿Soy movimiento o soy quietud? ¿Soy tangible o soy etérea? ¿Soy buena o soy mala? ¿Soy la que sale a luchar o la que se esconde detrás de los demás? ¿Soy la que es feliz o soy la que se lamenta? ¿Soy la que mata para vivir o soy la que muere por no saber hacerlo?
¿Soy salvaje o se me puede domar? ¿Soy lista o soy tonta? ¿Soy capaz o incapaz?
¿Quién me hizo? ¿Cómo surgí? ¿Soy viento, fuego, tierra o aire? ¿O soy los cuatro elementos a la vez?
¿Soy ruido o soy melodía? ¿Soy punto o soy coma? ¿Soy palabra o sólo silencio? ¿Soy pequeña o soy gigante? ¿Soy hermosa o soy horrible? ¿Soy fantasía o soy realidad?
¿Quién soy yo?

Bruma.

viernes, 17 de mayo de 2013

Quiero vivir todo lo que el cuerpo me permita antes de morir, quiero equivocarme y volver a hacer las cosas medio bien, quiero enamorarme, que me rompan el corazón mil veces y recomponerlo pedacito a pedacito mil y una; quiero bailar con estatuas y que me cojan manos invisibles, quiero estudiar lo que quiera, con quien quiera y como quiera; quiero meter el arco iris en un frasquito de cristal y arrojarlo al mar para que se pierda, quier hincarle el colmillo a una manzana envenenada por quien más me ame, quiero escribir la historia de una vida tan desconocida como la mía, quiero que mi oscuridad brille en mitad de un firmamento negro.

Bruma.

sábado, 11 de mayo de 2013

Una plegaria como otra cualquiera.

Ay, mi Rey, que me dejas atrás y no te alcanzo. Ay, mi Rey, que me pisas porque no sabes que existo. Ay, mi Rey, que no ves más allá de tu propio circuncentro. Ay, mi Rey, que cuanto más intento llegar hasta ti, más brusco se vuelve el girar de tu mirada. Ay, mi Rey, que te sumerjes en el agua y yo soy un felino que no sabe nadar. Ay, mi Rey, que eres veloz como los lobos y yo soy un tigre con las patas rotas. Ay, mi Rey, que todo está oscuro y no alcanzo ver tu luz. Ay, mi Rey, que cuando te encuentro no dudas en marcharte. Ay, mi Rey, que saltas montañas mientras yo las atravieso. Ay, mi Rey, que cambias conforme sigue tu camino. Ay, mi Rey, que los fantasmas aúllan a mi alrededor y no me los puedo quitar de encima. Ay, mi Rey, que soy salvaje y no me quieres. Ay, mi Rey, que me hundo en las pronfundidades del abismo y sé que no me vas a salvar. Ay, mi Rey, que me congelo y a ti te preceden llamaradas de fuego. Ay, mi Rey, que el viento está en mi contra y a ti te impulsa a correr más. Ay, mi Rey, que la lluvia resbala por mi cara y tu rostro es bañado por el sol. Ay, mi Rey, que en mi noche no hay luna y la tuya está plagada de estrellas. Ay, mi Rey, que tengo heridas y tu piel es seda. Ay, mi Rey, que te miro y no me ves. Ay, mi Rey, que te grito y no me escuchas.
Ay, mi Rey... que cuando caigas yo no dudaré en coger tu mano.

-B.