domingo, 29 de septiembre de 2013
domingo, 15 de septiembre de 2013
Pobre pajarillo enjaulado.
La joven había derrochado su vida en la calle, en los más pestilentes burdeles y antros de Londres; mas aún quedaba en ella algo de esa primitiva naturaleza femenina, y al oír unos pasos ligeros que se acercaban a la puerta frontera al lugar por donde entrara y pensar en el inmenso contraste que se ofrecería un momento después en la reducida estancia, sintiose agobiada por el peso de su propia vergüenza y acobardose hasta pensar que difícilmente podría soportar la presencia de aquella con quien buscaba esta entrevista.
Mas en pugna con todos estos buenos sentimientos estaba su orgullo, defecto de los más ruines y envilecidos seres, no menos que de los más altos y encumbrados. La mísera compañera de ladrones y rufianes, el triste desecho de las hórridas guaridas, cómplice de la escoria de cárceles y penales, que vivía también a la sombra del patíbulo; este mismo ser degradado sentíase aún con demasiado orgullo para dejar entrever un destello de ese sentimiento femenino que ella consideraba debilidad y que era el único que la unía aún a esa humanidad que tan borrada quedara de su disipada vida desde niña.
Charles Dickens, Las aventuras de Oliver Twist
sábado, 14 de septiembre de 2013
Sé el rey del mundo por unos instantes.
Pulsa aquí y sencillamente cierra los ojos. Imagina que te encuentras al borde de un acantilado perdido en el rincón más remoto de la Tierra y tu cuerpo está cubierto tan sólo por una fina túnica de gasa. El viento azota tus cabellos, no importa si largos o cortos, mientras una lluvia suave pero persistente os envuelve enteros a ti y al horizonte, sobrepasando los límites allá donde alcanza tu vista.
Respiras profundamente y sientes el agua colarse por entre la gasa y penetrar en cada poro de tu piel al tiempo que adelantas un pie descalzo sobre la hierba hacia el borde, y a éste sigue el otro. Poco a poco vas caminando, pasito a pasito, hasta llegar al punto donde el aire corta la tierra y no hay más; sólo agua, rocas y abismo.
Miras en derredor y observas las nubes moverse en el horizonte. Hay un punto luminoso entre ellas, y supones que se trata del sol, ese astro tan venerado durante milenios por tus antepasados.
Poco a poco extiendes los brazos y dejas que el agua vaya resbalando hacia el suelo por ellos. Tu pecho se hincha con el puro aire impregnado de salitre y entonces, justo entonces, te dejas caer y...
B.
Hummingbird.
Conocí a Colibrí en una actividad extraescolar, cuando ambas teníamos diez u once años, llevándome después grabada en la retina la imagen de una niña sumamente tímida y pensativa. Así la tuve guardada en la memoria hasta que, casi un par de años después, nos reencontramos.
En la adolescencia las cosas suceden de dos formas: o muy deprisa o muy despacio. Nunca a su justa medida. Y en esta ocasión el tiempo transcurrió demasiado deprisa.
Comenzamos a hablar de nuestros respectivos institutos y compañeros de clase... para acabar hablando de libros. A las dos nos apasionan. ¡Somos forofas de los libros fantásticos! Y, claro está, nos lo dijimos. Dragones, unicornios, hidras, caballeros de pacotilla, princesas que se sacan ellas solitas de sus apuros, serpientes voladoras, aves fénix... Nos dimos cuenta de que pertenecemos al mismo mundo.
Bruma, ejercicio para la clase
de una gran profesora
en 3º de la ESO.
10 de octubre de 2012
Pablo se ha vuelto a sentar hoy conmigo. Ha sido algo extraño, peculiar... porque nunca nadie antes había buscado mi compañía de forma enteramente voluntaria. A los dos nos encanta El principito y ayer descubrimos que lo estábamos leyendo por la misma página exactamente.
Hoy también hemos leído, y de vez en cuando comentábamos algo en voz baja. ¡Sí, he hablado! ¡Y no se me trababa la lengua! ¡Ha sido fantástico!
Me gusta esa forma que tiene este chico de mirar a la gente a los ojos: su mirada verde de ciencia ficción calca en lo más hondo del alma pero no intimida. Tiene las mejillas repletas de pecas, y su pelo es castaño y corto. Todas las chicas de la clase están loquitas por él, aunque yo no le había visto hasta ahora nada especial. Me parecía el usual chico popular que va por ahí dándoselas de semidiós y que pasa de todo y de todos... menos de su vanidad.
Sin embargo, he descubierto que comparte una afición conmigo, y quién sabe cuántas más. Es emocionante. Espero que mañana vuelva a la biblioteca a leer a mi lado, aunque la predicción del tiempo anuncia un día soleado... perfecto para salir al recreo y dárselas de popular. Ojalá no sea así.
11 de octubre de 2012
¡Oh, este chico es genial! Hoy ni siquiera ha abierto su libro: se ha sentado conmigo y hemos leído juntos. Nunca antes había hecho eso con nadie... desde que mamá murió, papá dejó de hacer cosas divertidas junto a mí. No tengo necesidades de nada, pero me siento sola muchas veces. Lo que menos entiendo es por qué, si sigo yo aquí, se sumió en esa depresión. Se encierra en el cuarto del ordenador y no deja de escribir para apenas nada. Da hasta miedo, a veces.
Pablo es... es especial, creo yo. Inteligente, amable, (guapo)... una persona que cala en lo hondo. Creo que con él dejaré de ser tan tímida.
Nadie me ha dicho nunca que soy tímida. Sencillamente, lo sé. Es algo natural. Hasta ahroa no había sentido la necesidad de comunicarme con gente nueva ni nada de eso. El mundo se olvidó de mí y yo hice otro tanto con él.
Sin embargo, presiento que a partir de ahora todo será diferente...
Bruma, relato surgido
de una libreta
de Lengua Castellana y Literatura
de 3º de la ESO.
Necesidad y demás sentimientos inútiles.
Y ahí estás tú, subido en tu pedestal y acompañado por tu madurez y tu independencia, proyectando una sombra de casi dos metros sobre mi pobre figura andrajosa que se está quedando sin esencia, que ya no sabe a quién pertenece ni por qué motivo está aquí.
Me he pasado una vida entera sintiéndome grande, protegiendo a aquellos que se dejaban proteger, y ahora lo único que quiero es encogerme, disminuir de tamaño y que alguien grande venga y me cubra a mí con sus brazos, que impida que mi cuerpo caiga por un acantilado; quiero invertir los papeles y ser yo la protegida.
Me he pasado una vida entera sintiéndome grande, protegiendo a aquellos que se dejaban proteger, y ahora lo único que quiero es encogerme, disminuir de tamaño y que alguien grande venga y me cubra a mí con sus brazos, que impida que mi cuerpo caiga por un acantilado; quiero invertir los papeles y ser yo la protegida.
Pero no hay nadie que quiera proteger a un tigre. ¿Para qué, si ya tiene esas zarpas enormes y ese pelo para camuflarse en la selva? ¡Que se defienda solo!
Pero igual que las personas, al sentirnos protegidas, en cierto modo volvemos a una niñez en la que nuestros padres nos arropaban en la cama y nos soplaban en las heridas de las rodillas, a los tigres también les gusta volver a ser pequeños y juguetear, y que la mamá tigresa los vigile en sus correrías por la selva. Pero se conforman con poco: el mero hecho de poder mostrar sus debilidades ya es suficiente; poder reconocer que les da miedo saltar esa enorme brecha entre los árboles o lanzarse hacia el cazador furtivo para defender a sus crías.
Qué curioso contraste, quien quiere ser fuerte sólo logra verse débil y quien no tiene ni idea de su fuerza arrasa corazones malheridos.
B.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
domingo, 8 de septiembre de 2013
Mira tú por dónde...
El guerrero de la luz ya tuvo alguna vez miedo de entrar en combate.
Todo guerrero de la luz ya traicionó y mintió en el pasado.
Todo guerrero de la luz ya recorrió un camino que no le pertenecía.
Todo guerrero de la luz ya sufrió por cosas sin importancia.
Todo guerrero de la luz ya creyó que no era un guerrero de la luz.
Todo guerrero de la luz ya falló en sus obligaciones espirituales.
Todo guerrero de la luz ya dijo sí cuando quería decir no.
Todo guerrero de la luz ya hirió a alguien a quien amaba.
Por eso es un guerrero de la luz; porque pasó por todo eso y no perdió la esperanza de ser mejor de lo que era.
Paulo Coelho, Manual del guerrero de la luz
sábado, 7 de septiembre de 2013
Miremos el lado bonito de la vida.
I'm 14 years old I am pretty,
I'm a teeny tiny girl, a little lady,
I live under the kitchen floor,
Right here, not so far from you,
Sometimes I feel happy, Sometimes I feel blue, In my dreams oh I wish I could,
Feel my hair blowing in the wind,
See the sky in the summer rain,
Pick a flower from the garden for you,
Beyond the lane there's another world,
Butterflies floating in the air,
Is there someone out there for me?
And so life goes on, day after day,
With, knick-knacks on the floor, nooks and crannies,
I live in a tiny world, ( I live in a tiny world)
Out there, someone waits for me,
I wish I had someone, to watch over me, In my dreams oh I wish I could
Feel my hair blowing in the wind,
See the sky in the summer rain,
Pick a flower from the garden for you,
Now I know there's another world,
Butterflies floating in the air,
Is someone out there, for me?
Feel my hair blowing in the wind,
See the sky in the summer rain,
Pick a flower from the garden for you,
Now I know there's another world,
Butterflies floating in the air,
Is someone out there, for me?
I'm a teeny tiny girl, a little lady,
I live under the kitchen floor,
Right here, not so far from you,
Sometimes I feel happy, Sometimes I feel blue, In my dreams oh I wish I could,
Feel my hair blowing in the wind,
See the sky in the summer rain,
Pick a flower from the garden for you,
Beyond the lane there's another world,
Butterflies floating in the air,
Is there someone out there for me?
And so life goes on, day after day,
With, knick-knacks on the floor, nooks and crannies,
I live in a tiny world, ( I live in a tiny world)
Out there, someone waits for me,
I wish I had someone, to watch over me, In my dreams oh I wish I could
Feel my hair blowing in the wind,
See the sky in the summer rain,
Pick a flower from the garden for you,
Now I know there's another world,
Butterflies floating in the air,
Is someone out there, for me?
Feel my hair blowing in the wind,
See the sky in the summer rain,
Pick a flower from the garden for you,
Now I know there's another world,
Butterflies floating in the air,
Is someone out there, for me?
La pesadilla de una humanidad moribunda.
Es durante la noche, sobre todo, cuando la luna es gibosa y menguante, cuando veo al ser. Probé la morfina, pero la droga ha resultado ser tan sólo una solución pasajera y me ha atrapado entre sus garras como esclavo sin esperanza de remisión. Así que voy a acabar con todo, habiendo escrito una relación completa para el conocimiento o la engreída diversión de mis semejantes. A menudo me pregunto si no habrá sido todo una fantasía..., un simple monstruo de la fiebre sufrida mientras yacía preso de la insolación y enloquecido en el bote descubierto, tras mi huida del buque de guerra alemán. Eso me digo, pero siempre me viene una espantosa y vívida imagen a modo de respuesta. No puedo pensar en el profundo mar sin estremecerme ante los indescriptibles seres que puede que en este mismo instante estén reptando y moviéndose en sus fondos cenagosos, adorando arcaicos ídolos de piedra y tallando sus propias y detestables imágenes en obeliscos submarinos de rezumante granito. Sueño con el día en que puedan emerger entre el oleaje y sumergir entre sus garras a los restos de una humanidad débil y agotada por la guerra..., el día en que la tierra se hunda y el oscuro lecho marino se alce entre el pandemónium universal.
Howard Phillips Lovecraft, Dagón
jueves, 5 de septiembre de 2013
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