Hoy quisiera darle al nuevo año que viene llegando un tinte especial, porque los comienzos son algo curioso y sólo suceden una vez. He escogido mi número favorito, el siete, para dar la bienvenida a este 2014 que me da la impresión de retrasarse -pero no le voy a meter prisa- de una forma original y que nunca antes me había planteado.
He elegido mi número favorito de palabras favoritas para comenzar este nuevo año (casualmente siete es la mitad de catorce, y empezamos un 2014, lo que sólo puede ser una buena señal). Así, esas palabras y todo su significado me acompañarán un poco tanto en mis caídas como en mis triunfos, y no podré decir que el comienzo de estos trescientos sesenta y cinco días no haya sido original. Porque los comienzos siempre deberían ser originales, y eso de las doce uvas me parecía ya demasiado trillado. Aunque a lo mejor me da por comerme siete esta noche.
Así que a partir de mañana, durante los siete primeros días del año, publicaré una entrada diaria con cada una de esas siete palabras y algún complemento que las endulce un poco. Ahora dejo por aquí una canción muy bonita cuya letra y melodía son tradicionales, pero que ha sido adaptada por una mujer cuya música yo respeto muchísimo y sin la que no podría pasar fácilmente.
Esta canción me gusta especialmente porque habla de cómo una mujer tan buena, con un alma tan bella como lo era María, madre de Jesús, se siente bendecida ella misma con cada triunfo de su hijo en el mundo. Fuera de las creencias de cada uno -yo misma soy atea y estoy enamorada de estas canciones tradicionales, por muy religiosas que sean-, creo que hay que saber reconocer la belleza cuando se ve y aquí no se hace tanta alusión a la religión como a los sentimientos de una madre con respecto a su hijo, quien fue sinónimo de esperanza para muchas almas a lo largo de la Historia.
Y esta madre buena, como yo, tiene siete cosas especiales que le llenan el corazón, aunque he de decir que las mías son mucho más egoístas que las de la santa María.
Pero el siete sigue siendo el número de la magia.
Feliz Año Nuevo a todos los lectores y lectoras, y que mientras giren el Sol y la Luna sigamos corriendo salvajes por entre las brumas de la selva.
B.