Yo tiendo a creer que me supero a mí misma cada día en todo lo que hago. Voy por la vida con la noción de que si me concentro en una cosa mi mente pierde de vista todas las otras, siempre desviando la mirada de los espejos que me muestran tal como soy. Todo eso hasta que ciertos detalles me meten de lleno en la realidad con un guantazo sentimental del tipo que sea.
Hoy me he dado cuenta de que no voy a poder pasarme el resto de mi vida en un punto muerto, sin saber si seguir a mi paso de caracol una senda o volar como un dragón por la otra. Desconozco ambas. La del caracol es más segura pero la del dragón promete más.
¿Qué hace entonces la tigresa solitaria? ¿Se queda con la presa pequeña, que la deja insatisfecha pero es alimento seguro? ¿O se arriesga a enfrentarse con el enorme animal misterioso al que aún no ha visto pero cuya presencia nota en sus dominios de la selva?
B.
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