De un modo u otro, el ser humano siente atracción -y a la vez repulsión- hacia aquello que le es desconocido o, en todo caso, diferente. Intenta alejarse, por más que le pique la curiosidad, debido a que le importa más lo que sus iguales piensen de su persona que lo que realmente quiera ésta. Está claro que nuestro "yo" interno siente unas ganas inmensas de ser diferente, de brillar entre todas las demás estrellas contaminadas que hacen este mundo cada día más soso y estúpido. Claro que... siempre estará ahí el miedo a ser rechazado por la sencilla razón de ser diferente.
"La ausencia total de humor hace la vida imposible"
Sidonie Gabrielle Colette (1873-1954)
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