Para que una vida sea meritoria o loable, ¿es realmente necesario dejar constancia de ella? ¿No vale nada si se muere sin referencias? Lo más fácil es que los recuerdos duren una o dos generaciones, como mucho, e incluso, en tal caso, van perdiendo sentido. Todos sabemos que somos una mera partícula en el tremendo ciclo de energía universal, pero nadie soporta pensar que su vida, tan intensa y exhaustivamente vivida, desaparezca al morir con la misma rapidez e inutilidad que una idea inexpresada.
Poppy Adams, Hermanas
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