sábado, 8 de marzo de 2014

Feliz día, mujeres.


  • "Para conocer a una chica no hace falta acostarse con ella" (J. D. Salinger, El guardián entre el centeno)
  • "El día que una mujer pueda amar no con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse; ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal" (Simone de Beauvoir)
  • "Si la mujer tiene derecho a subir a la horca, también debe tenerlo a subir a la tribuna" (Olympe de Gouges)
  • "Mírame. Mírame como me viste la primera vez, de novia en tu cama, cuando tu mano de guerrero tocó por primera vez mi piel. Mírame como me viste cuando le daba el pecho a nuestro primer hijo que tenía tus ojos y se miraba en los míos. Mírame ahora como me verá el enemigo cuando me lleve a su sucia cama y con sus hijos bastardos" (Shannon Hale, La princesa que hablaba con el viento)
  • "Cualquier mujer que entienda los problemas de llevar una casa está muy cerca de entender los de llevar un país" (Margaret Hilda Tatcher)
  • "Papá afirma que a nadie le gusta una mujer que piensa demasiado" (Kate Morton, La casa de Riverton)
  • "La ley general de que el aprendizaje de las mujeres debe ser conseguido a través de medidas heroicas, como mucho, aún no ha quedado obsoleta. Ellen Watson, la joven superdotada, alumna de W. K. Clifford, que murió en el Cabo de Buena Esperanza a una edad temprana, hizo todos sus estudios antes de la hora del desayuno, porque estaba obligada a dedicar todo el tiempo del día a la enseñanza de sus hermanos y hermanas más jóvenes; y las postimetrías del "Siglo XIX" contienen este relato de una niña cuya compasiva familia le aseguraba todos los días dos horas ininterrumpidas para una siesta vespertina a causa de su delicado estado de salud, sin saber que su sueño de la tarde era debido a las horas de duro trabajo anteriores al desayuno, trabajo para el que, no hace falta decirlo, no se hubiera atrevido a pedir dos horas ininterrumpidas de la tarde" (Sophie Germain)
  • "-La política es un juego de hombres. (Teddy) +Déjame jugar. (Hannah)" (Kate Morton, La casa de Riverton)
  • "Si en mi tarjeta pusiera Emilio, en lugar de Emilia, qué distinta habría sido mi vida..." (Emilia Pardo Bazán)
  • "Si nuestra amiga Somerville se hubiera casado con Laplace, o con un matemático, nunca habríamos oído hablar de su trabajo. Lo habría fundido con el de su marido, presentándolo como si fuera de él" (Charles Lyell)
  • "Un hombre siempre puede tener el control de su tiempo alegando que tiene negocios; a una mujer no se le permite tal excusa" (Mary Somerville)
  • "En mi vida me han llamado de muchas maneras: hermana, amante, sacerdotisa, hechicera, reina. Ahora, ciertamente, soy hechicera, y acaso haya llegado el momento de que estas cosas se conozcan. Pero, a decir verdad, creo que serán los cristianos quienes digan la última palabra, pues el mundo de las hadas se aleja sin pausa del mundo en el que impera Cristo. No tengo nada contra Él, sino contra sus sacerdotes, que ven un demonio en la Gran Diosa y niegan que alguna vez tuviera poder en este mundo. A lo sumo, dicen que su poder procede de Satanás. O bien la visten con la túnica azul de la señora de Nazaret (que también, a su modo, tenía poder) y dicen que siempre fue virgen. Pero ¿qué puede saber una virgen de los pesares y tribulaciones de la Humanidad?" (Marion Zimmer Bradley, Las nieblas de Avalón)
  • "-Don't Jo, it's so boyish. +That's why I do it" (Little Women by Louisa May Alcott)
  • "Allí comenzaría de nuevo. Como hombre, como mujer. Daba igual, con tal de que le permitieran ser ella misma" (Laura Gallego García, El Libro de los Portales)
  • "Aún en los mejores momentos de mi vida con Antonio, me sentía insegura, llena de problemas y rodeada de peligros. Debía luchar constantemente por sobrevivir en el día a día, por mantener una independencia y una dignidad, contra todos y contra todo. Luchar constantemente por no dejarme arrastrar por el mundo de los hombres que insistían en colocarme en un lugar que yo no quería ocupar, y lo más sarcástico de todo esto era que ahora me encontraba de repente abandonada" (Carmen Rico-Godoy, Cómo ser infeliz y disfrutarlo)
  • "No tienes las manos de una princesa frágil que pasa las horas haciendo encaje y que espera a que llegue algún príncipe a salvarla. Son las manos de una mujer capaz de trepar por una cuerda hecha con su propio cabello para alcanzar la libertad, o de matar al ogro que la ha capturado mientras duerme" (Patrick Rothfuss, El nombre del viento)
  • "Mi morena Laurian, de Arliden esposa, / tiene el rostro afilado de una raposa / y la voz erizada de una hechicera. / Mi dulce contable de cocinar no sabe, / pero con el ábaco no hay quien la gane" (Patrick Rothfuss, El temor de un hombre sabio)
  • "Estas son las cosas que hay que copiar. Mujeres solas que viajan sin prejuicios a sitios tranquilos, donde sabes que no te van a atosigar con preguntas indiscretas o incluso a negarte el derecho de admisión por no ir acompañada" (Mar de los Ríos, Tren de lejanías)
  • "Un hombre debería ser libre de vivir como quisiera. Y, ya que estamos, una mujer también" (Donna W. Cross, La papisa)
  • "Yo nunca me clasifiqué a mí misma con las demás niñas. Era diferente, no era de su especie. Nunca pensé que mi futuro iba a ser como el de ellas. Pero ahora sabía que eso era falso, que yo era exactamente como las demás: se esperaba que entregara mi vida a una casa, un marido y unos hijos. Se suponía que dejaría mis estudios naturalistas, mi cuaderno y mi amado río. Había algo perverso en toda esa costura y cocina que intentaban imponerme, en esas lecciones pesadas que yo esquivaba y rechazaba" (Jacqueline Kelly, La evolución de Calpurnia Tate)
  • "Soy una mujer fuerte y decidida" (Paulo Coelho, Brida)
  • "Pero cómo describirte mi admiración y asombro al ver que mi estimado corresponsal Sr. Le Blanc se metamorfosea en este personaje ilustre que me ofrece un ejemplo tan brillante de lo que sería difícil de creer. La afinidad por las ciencias abstractas en general y sobre todo por los misterios de los números es demasiado rara: lo que no me asombra ya que los encantos de esta ciencia sublime sólo se revelan a aquellos que tienen el valor de profundizar en ella. Pero cuando una persona del sexo que, según nuestras costumbres y prejuicios, debe encontrar muchísimas más dificultades que los hombres para familiarizarse con estos espinosos estudios, y sin embargo tiene éxito al sortear los obstáculos y penetrar en las zonas más oscuras de ellos, entonces sin duda esa persona debe tener el valor más noble, el talento más extraordinario y un genio superior" (Carl Friedrich Gauss al enterarse de que su supuesto corresponsal Monsieur Le Blanc era una mujer, Sophie Germain)

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