lunes, 24 de marzo de 2014

Rima XXVI

Tú eres el huracán, y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡Tenías que estrellarte o abatirme!...
¡No pudo ser! 
Tú eras el Océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:

¡Tenías que romperte o que arrancarme!...
¡No pudo ser!
Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados 
uno a arrollar, el otro a no ceder;
La senda estrecha, inevitable el choque...
¡No pudo ser!


Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas y Leyendas

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