martes, 24 de noviembre de 2015

¿Dónde está mi faro?

A veces los miro y es como si no los conociera. Desde el exterior se sigue contemplando lo mismo: un grupo de gente joven unida, llena de sueños por cumplir en individual o en colectivo, mirando hacia el futuro con ojos centelleantes de ilusión. Qué visión más pura, más fuerte, más cautivadora. Nadie diría, a juzgar por sus sonrisas, las rencillas que esconden estos palpitantes corazones, el amor y odio que se profesan y respiran estos jóvenes pulmones. 
¿Quién lo iba a decir? Cuando las cosas se resquebrajan, se oxidan, dejan de funcionar como deberían, hay dos vías para seguir avanzando: cargarlas a cuestas y tratar de arreglarlas aunque ello suponga esfuerzo y orgullo pisoteado, o bien arrojarlas lejos, dejarlas a mitad de camino como un perro abandonado que persigue el coche de sus amos sin alcanzarlo.
Ella está a medio camino. Sigue varada en la bifurcación de esas dos vías sin saber cuál tomar. Los vínculos viscosos y pegajosos del pasado, los errores, las palabras nunca dichas, los te quiero silenciados por la pena y las risas ahogadas por el llanto se funden en una mezcla de recuerdos y emociones: alegría, tristeza, desazón, soledad, hastío e incluso odio.
La otra vía parece mucho más complicada: construir las relaciones desde cero, otras nuevas que durarán hasta que se quiebren como las anteriores. Todo pasa como el jarrón antiguo al que los niños dan un balonazo y ninguno se atreve a confesar quién ha sido. ¿A quién echar la culpa de que ahora ella se encuentre ante esta bifurcación de los caminos? ¿Quién ha sido el causante, sino ella misma, de que la vida haya dado un giro total y no haya puerto seguro al que agarrarse?
¿DÓNDE ESTÁ MI FARO?
Si Simona alguna vez se sintió así, nunca lo dijo. No aparecía escrito en las páginas de su libro.
A ella la tristeza le duró lo que tardó la guerra en traerle de vuelta a su Príncipe Gris a lomos de un puma con alas.
Quién lo habría predicho, que la inteligente traductora vería su sufrimiento recompensado con creces al ver aparecer al hombre de su vida que la llamaba apremiante para que acudiera a su lado.
¿Y quién es esta Simona poco aventurera que pasa la vida esperando a que la hagan Emperatriz sin siquiera intuir lo que le deparaba el destino? ¿De dónde sale esta muchacha desharrapada, salvaje y brillante que cuenta su historia, una historia que no interesa a nadie?
Simona es un ente imaginario nacido en tierra de nadie. Simona es la paz y el equilibrio, el caos y la destrucción. Simona es todo lo que su demiurga sufre y a la vez aspira a ser. Simona es el equivalente a la Madre Gaia de hinchado vientre, que da cobijo a todos pero cuya ira cualquier hijo del mundo teme.
Simona es muchas cosas y está en todas partes, persiguiendo a la demiurga como un gato hambriento al humano que le haya ofrecido de comer alguna vez.
Simona es una ególatra y cínica que se regodea en sus tristezas sin atender a las ajenas. Simona es una paradoja en su bondad y su autoapelación de mala zorra. Simona desfallece ante la vida pero cuenta con una fuerza que le es atribuible solo al huracán y al tornado si fuesen en pareja.
Simona es temible. Simona es idiota. Simona es grande. Simona se empequeñece a sí misma.
Simona no existe. Simona soy yo. Simona está muerta.

sábado, 3 de octubre de 2015

Don't forget! 3 oct. 11

Hoy es un día especial. Como ya sabrá quien haya leído este blog en los últimos meses, soy una fan entusiasta del manga Fullmetal Alchemist, de Hiromu Arakawa, y especialmente de su fiel adaptación al anime de 2009, titulada Fullmetal Alchemist: Brotherhood.
Para poner en situación a quien esté más perdido -aunque mi recomendación encarecida es que veáis la serie cuanto antes-, Arakawa nos cuenta una historia situada en Amestris, país que imita la Alemania nazi, aunque con fecha un par de décadas anterior al comienzo de este gobierno en nuestro mundo. Se trata de una realidad retro y steampunk, donde también hay un enorme desierto y un país llamado Xing que imita a la China de nuestro mundo.
La historia gira en torno a dos hermanos, Edward y Alphonse Elric, que en un intento fallido de recuperar a su difunta madre con alquimia perdieron parte de sus cuerpos -el cuerpo entero en el caso de Alphonse, y una pierna y un brazo en el caso de Edward-, con lo cual en el momento presente buscan con ahínco la mítica piedra filosofal, cuyo máximo poder supuestamente los ayudará a recuperar los miembros perdidos.
Dado el auge del poder militar, Edward pasa a formar parte del Ejército bajo el importante título de Alquimista Nacional siendo aún un preadolescente. De esta manera espera que el Estado financie sus investigaciones y le permita así buscar la piedra filosofal con más comodidad y posibilidades a su alcance.
Pero lo que Edward y Alphonse no esperan es que el propio Ejército, ligado estrechamente al Gobierno de su país, esté corrupto desde dentro. Se entrecruzan en la historia de estos dos hermanos muchos otros hilos argumentales que contribuyen a hacer de esta historia uno de los mejores shonen según multitud de lectores y espectadores: el joven y ambicioso coronel Roy Mustang, que aspira al puesto de Generalísimo -acompañado siempre de su fiel teniente Riza Hawkeye, a la que tengo que mencionar sí o sí porque me encanta-, un joven príncipe de Xing que ha llegado a Amestris con intención de obtener la inmortalidad con la Piedra Filosofal; un paria de Ishval, región masacrada hace unos años en una Guerra Civil por orden del alto mando del Ejército; los llamados Homúnculos, humanos artificiales cuyo origen y propósito se muestra poco claro incialmente; y un montón de personajes y escenarios que prefiero que descubráis viendo esta genial serie.
En esta maraña de vidas y caminos hilados se encuentran muchas lecciones fundamentales para la vida y aplicables a casi cualquier contexto: el intercambio equivalente, el dolor, la venganza; pero también el amor, la amistad, el coraje de afrontar la propia vida. Sentimientos encontrados y multitud de enseñanzas que no vienen precisamente con cuentagotas.
Lo que yo venía a hacer es recomendar esta historia encarecidamente y disculparme por el críptico título de la entrada, pero no puedo explicarlo. Es algo que descubriréis cuando la veáis. Espero veros pronto convertidos en alquimistas. 
Y a los que ya lo seáis, nunca olvidéis el 3 de octubre de 1911. ¡Un besote amestriano! No importa cuántos 3 de octubre pase, Hiromu Arakawa ha creado una historia mágica que permanecerá en nuestros corazones siempre. Gran mangaka, genial mujer.

Os dejo por aquí el primer opening de la serie, que ya puse en entradas anteriores, pero es tan precioso que no me canso de escucharlo:

viernes, 18 de septiembre de 2015

Mi monstruo favorito.

Últimamente escribo con bastante precariedad por aquí, y hoy me apetecía dejaros una entrada entera sobre un personaje al que admiro mucho y que es para mí fuente de bastante inspiración.
Como quizá sabréis, hay un anime -basado en el manga homónimo, que no he leído- llamado Mirai Nikki cuya recepción tiende más a la mala crítica y a la calificación de mainstream que a cualquier otra opinión.
Para meter en contexto a los más perdidos, Mirai Nikki se sitúa en la época actual, en un Japón aparentemente no ficticio donde sin embargo se desarrollan unos acontecimientos de lo más paranormales. El protagonista, Yukiteru, es un adolescente retraído y muy solitario -y, para qué mentir, un cobarde y gallina capitán de las sardinas- cuyo mayor entretenimiento consiste en escribir un diario en su teléfono móvil. Al hacerlo, Yukiteru entra en contacto con un tal Deus Ex Machina, Dios del Tiempo y el Espacio. Pero lo que Yukiteru no sabía hasta ahora es que no es el único que posee un Diario que le permite hablar con dicha deidad, sino que hay otros once poseedores. Para más inri, a la vez que el muchacho descubre acerca del resto de propietarios de Diarios, Deus Ex Machina anuncia ante todos ellos que a partir del momento presente formarán parte de un Juego de Supervivencia en el cual habrán de matar al resto para que el único que quede sea su sucesor. Para ello, sus Diarios les predecirán el futuro próximo con respecto a sí mismos y al resto de participantes en el Juego. Vamos, unas Olimpiadas muy del estilo de Battle Royale. Estos japoneses son la leche.
Habiéndolo visto hace cosa de tres meses, solo puedo decir que los dos protagonistas de la historia se merecían todo lo que no fueran elogios por parte del expectador, por mucho que me pese. Lo siento si algún amante de la yandere Yuno Gasai me está leyendo, pero guardo malísima impresión tanto de ella como del gallina Yukiteru. Y no pienso dedicarles ni una sola línea más en en esta entrada.
De quien yo quería hablaros es de un personaje que está presente, y doy por ello mil gracias, a lo largo de prácticamente toda la serie y cuya influencia es positiva al desarrollo de la trama, por así decir, ya que se trata de un Juego de Supervivencia cuya regla básica es matar para no morir. 
Este personaje es Minene Uryuu, la Novena poseedora del Diario del Futuro, una paria entre los jugadores, de las menos favorecidas por Deus y que, de hecho, tampoco guarda por éste más cariño del poco que tiene él por ella.
Minene, cuyo nombre viene de Minerva (diosa romana de la guerra, la sabiduría y la inteligencia, entre otras cosas), es una joven terrorista cuya primera aparición nos ofrece de ella la imagen de una chica a la que se le ha ido completamente la cabeza. Nada más entrar en escena se encarga de volar a base de dinamita un instituto entero, con alumnos dentro.
Y es que Minene tiene una cierta adicción por los explosivos. Mirándolo desde según qué ángulo, podría decirse que ama su trabajo.
Sin embargo, un acontecimiento casual tuerce completamente sus planes de matar al Primero y la Segunda propietarios (Yukiteru y Yuno respectivamente, y por mí podría haberlos dejado bien muertos), ya que el Primero lanza un dardo que por unas cosas y otras va a parar a su ojo, dejándola tuerta. Los acontecimientos se precipitan y Minene se ve siendo "rescatada" (ojo, hay que revisar la definición de ese verbo teniendo en cuenta quién la salvó y qué le hizo) por otro propietario al que a muchos nos habría gustado ver más en acción, el Doceavo. El más paria de todos, el último de la clase, ese compi al que le quedaban todas en Secundaria y que tardó seis años en sacarse la ESO. Ese es el Doceavo en este Juego de Supervivencia, pero yo he de reconocer su maestría en cuanto a puesta en escena. 
El caso es que el Doceavo rescata a Minene, le arranca el ojo herido y, de algún modo lógico en su locura, la salva y contribuye a que escape a seguir con sus... ¿cosas de terroristas?
A partir de aquí no debo contar mucho más, así que me voy a centrar en hablar del personaje en sí. Habiendo hecho el planteamiento de Minene Uryuu, paso ahora a explicar su pasado, el por qué de su vida actual. Cuando Minene era pequeña, viajaba junto a sus padres por Oriente, donde presenció su brutal asesinato a causa de un ataque terrorista. Quedando desamparada, sin ningún lugar al que ir, la pequeña que años después sería esta loca tan genial hubo de ganarse la vida robando y, más tarde, no sabemos en qué circunstancias exactas, iniciándose en el mundo del terrorismo. Resumiendo: es una rebelde, una descontenta, una inconformista... además de violenta, sanguinaria y adicta a los explosivos. Una bomba letal metida en el cuerpo de una hermosa joven. 
Minene es un personaje digno de analizar en el contexto de esta serie de tan mala recepción. Me sorprendió notablemente ver el contraste hecho entre los dos protagonistas, tan imbéciles, y ella, tan genial ante mis ojos. Minene es uno de esos personajes femeninos que te hacen decir: "Oh, sí, ¡bien! ¡Esto sí es una tía dura y con un buen par de tetas!". Además, la evolución que presenta el personaje desde ese inicio en el que se la tiene por demente hasta el final es alucinante. La Novena es una mercenaria contemporánea: si se trata de sobrevivir, se alinea con el bando de quien más le convenga y a partir de ahí traza su camino y sus propios planes gracias a su Diario del Futuro, especializado en el Escape.
Cabe destacar un episodio que marca tanto la trama general como la de este personaje en particular: la aparición de un policía novato que se enamora perdidamente de ella nada más tratarla un poco. La paradoja del amor entre agente de la ley y criminal en potencia llega a su máxima en un momento muy clave tras una escena que parecía de lo más shojo/amor cutre: me tocas una teta al tropezarte, me sonrojo cuando me miras y me hablas, gírate mientras me cambio la ropa mojada por otra, etcéra, etcétera. Es una escena en la que al expectador compenetrado conmigo le darán venazos de estampar la pantalla contra alguna ventana... de no ser por ese final tan ingenioso y crudo: cuando crees que ella también se ha prendado del joven policía para acabar todo en beso y comieron felices para siempre, le dispara a matar y sigue su camino, dejándolo en el suelo. Esta escena es muy especial en tanto que se aprecia el sufrimiento de ella, que parece decir: "Lo siento mucho. Ojalá pudiéramos tener una vida bonita juntos, pero no podrá ser. Soy una terrorista, está en mi naturaleza, es imposible cambiarme ya. Lo siento. Estoy podrida por dentro. No puedo hacer nada. Lo siento".
Pero lo fuerte no acaba ahí. Si el pobre policía -que, por cierto, no he presentado: se llama Nishijima- hubiese quedado muerto y bien frío con ese disparo habría sido triste puesto que era un pedazo de pan, pero no es así. Lo más cruel de todo es descubrir que portaba un chaleco antibalas, con lo cual permanece con vida para recordar desde ese momento y para siempre que ella, Minene, le disparó entonces a matar. No sé vosotros, pero a mí esto me parece bastante fuerte.
El resto de las apariciones de la Novena en la serie se basan en su genialidad y evolución como jugadora y persona. El mismo Deus la selecciona a ella inicialmente para transferirle parte de sus poderes, no sin antes remarcar el poco aprecio que le tiene, a lo cual ella responde con su condescendencia natural cual erizo mostrando sus pinchos. Ella no cree en Dios pese a tenerlo delante de sus narices debido a lo mal tratada que se siente, por la vida que ha llevado y la vida que podría haber tenido. Esta y otras muchas cosas hacen de la Novena un personaje tan grande: agresiva, independiente, completamente grillada de la cabeza, más inteligente de lo que aparenta, con un don innato para adaptarse a los acontecimientos según se avengan. No podría cansarme de resaltar su genialidad.
 No me gustaría arruinar este fantástico personaje a alguien que no haya visto aún Mirai Nikki. Aunque parezca que me he explayado, queda mucho por contar de la Novena y podría analizarla desde la primera aparición hasta la última. Pero no lo haré. Dejo que veáis la serie o leáis el manga vosotros mismos y juzguéis, si no lo habéis hecho aún. Y si ya la habéis visto, espero que esta entrada sirva para ver esta serie con otros ojos. Si bien no puedo hacer justicia por esos dos protagonistas a los que tanto detesto, por lo menos puedo intentar que veáis el conjunto de la serie como algo mejor, especialmente mejorando vuestro punto de vista respecto a la Novena.
¡Vosotros diréis! ¡Abajo están los comentarios!
Un saludo,
Bruma.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Dejadme, no me hagáis bajar.
Dejadme arriba en las nubes con mi magia, mis dragones, mis sirenas.
Dejadme arriba con mis batallas contra orcos, con mis crines de unicornios, con mis castillos encantados.
Dejadme arriba con mis princesas luchadoras y mis príncipes cobardes.
Dejadme arriba con mi alquimia, mis exorcismos, mis distopías, mis viajes en el tiempo.
Dejadme con mis hordas de amazonas luchadoras, con mis dioses griegos, con mi Pendragón y su bruja malvada.
Dejadme con Ondina, hundida y acabada pero siempre soñando.
Dejadme, soltadme, no me agarréis de los pies.
No tiréis de mí. No me hagáis bajar.
Dejadme arriba enfrentando cualquier peligro, vampiros, hombres lobo, hechiceros. Dejadme que luche contra ellos.
Pero no me hagáis luchar conmigo misma. No me hagáis verme delante del espejo, de la realidad, de los demás.
No, no me hagáis esto.
Quedáos la realidad, que no la quiero.

miércoles, 24 de junio de 2015

Recordó aquella vez en que había enganchado una de las dos agujas que iban en pareja. El macho dejaba siempre que la hembra comiera primero, y el pez enganchado, la hembra, presentó una pelea fiera, desesperada y llena de pánico que no tardó en agotarla. Durante todo ese tiempo el macho permaneció con ella, cruzando el sedal y girando con ella en la superficie. Había permanecido tan cerca, que el viejo había temido que cortara el sedal con la cola, que era afilada como una guadaña y casi de la misma forma y tamaño. Cuando el viejo la había enganchado con el bichero, la había golpeado sujetando su mandíbula en forma de espada y de áspero borde, y golpeando su cabeza hasta que su color se había tornado como el de la parte de atrás de los espejos; y luego cuando, con ayuda del muchacho, la había izado a bordo, el macho había permanecido junto al bote. Después, mientras el viejo levantaba los sedales y preparaba el arpón, el macho dio un brinco en el aire junto al bote para ver dónde estaba la hembra. Y luego se había sumergido en la profundidad con sus alas azul-rojizas, que eran sus aletas pectorales, desplegadas ampliamente y mostrando todas sus franjas del mismo color. Era hermoso, recordaba el viejo. Y se había quedado junto a su hembra. 

Ernest Hemingway, El viejo y el mar

sábado, 13 de junio de 2015

La dejaría... correr aventuras, que eligiera su propio camino. Sería muy duro... De hecho lo fue, pero lo haría. No del todo, por supuesto. Hay tareas que no se deben abandonar: lavarse los dientes, estudiar aritmética... Pero Maia se enamoró profundamente del Amazonas; a veces ocurren esas cosas: ese lugar estaba hecho para ella, y su gente también. Claro que hubo ciertos peligros, pero los hay por todas partes. Hace dos años, en este colegio hubo un brote de tifus y tres niñas murieron. En estas calles, todas las semanas los caballos atropellan y matan a unos cuantos niños. Cuando estaba viajando, explorando y recopilando sus canciones, Maia no era simplemente feliz; era... ella misma. Creo que algo se le rompió por dentro cuando sus padres murieron, y allá en Brasil se curó. Quizá yo esté loca, y el profesor también, pero creo que los niños han de elegir su destino... si tienen la capacidad de hacerlo. Y Maia lo tiene.

Eva Ibbotson, Maia se va al Amazonas

lunes, 1 de junio de 2015

Dejadme entrar, que bien puedo, en consejo de los hombres; que bien puede una mujer, si no a dar voto, a dar voces.

¡Por muchas razones!
Y sean las principales, 
porque dejas que me roben
tiranos sin que me vengues,
traidores sin que me cobres.
Aún no era yo de Frondoso,
para que digas que me tome,
como marido, venganza,
que aquí por tu cuenta corre;
que en tanto que de las bodas
no haya llegado la noche,
del padre, y no del marido,
la obligación presupone;
que en tanto que no me entregan
una joya, aunque la compre,
no ha de correr por mi cuenta
las guardas ni los ladrones.
Llevóme de vuestros ojos
a su casa Fernán Gómez;
la oveja al lobo dejáis
como cobardes pastores.
¡Qué dagas no vi en mi pecho!
¡Qué desatinos enormes,
qué palabras, qué amenazas,
y qué delitos atroces,
por rendir mi castidad
a sus apetitos torpes!
Mis cabellos, ¿no lo dicen?
¿No se ven aquí los golpes, 
de la sangre, y las señales?
¿Vosotros sois hombre nobles?
¿Vosotros, padres y deudos?
¿Vosotros, que no se os rompen
las entrañas de dolor,
de verme en tantos dolores?
Ovejas sois, bien lo dice
de Fuente Ovejuna el nombre.
¡Dadme unas armas a mí,
pues sois piedras, pues sois bronces,
pues sois jaspes, pues sois tigres...!
Tigres no, porque feroces
siguen quien roba a sus hijos,
matando los cazadores 
antes que entren por el mar,
y por sus ondas se arrojen.
Liebres cobardes nacisteis;
bárbaros sois, no españoles.
¡Gallinas! ¡Vuestras mujeres
sufrís que otros hombres gocen!
¡Poneos ruecas en la cinta!
¿Para qué os ceñís estoques?
¡Vive Dios, que he de trazar
que solas mujeres cobren
la honra de estos tiranos,
la sangre de estos traidores!
¡Y que os han de tirar piedras,
hilanderas, maricones,
amujerados, cobardes!
¡Y que mañana os adornen
nuestras tocas y basquiñas, 
solimanes y colores!
A Frondoso quiere ya,
sin sentencia, sin pregones,
colgar el Comendador
del almena de una torre; 
de todos hará lo mismo; 
y yo me huelgo, medio hombres, 
porque quede sin mujeres
esta villa honrada, y torne
aquel siglo de amazonas, 
eterno espanto del orbe.

Lope de Vega, Fuente Ovejuna

domingo, 31 de mayo de 2015

El gallo rojo está cantando.

-Ven aquí -dijo Sofía. 
Cogió a la niña de la mano y la llevó hasta el rico hombre de negocios.
-Tendrás que procurar que esta niña tenga una vida mejor -dijo.
El hombre, sin levantar apenas la vista de los papeles, contestó:
-Eso cuesta dinero, ya te he dicho que no quiero perder ni una sola corona.
-Pero es injusto que tú seas tan rico y que esta niña sea tan pobre -insistió Sofía.
-¡Tonterías! La justicia solo se practica entre iguales.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Yo empecé con las manos vacías, tiene que merecer la pena trabajar. ¡Eso es el progreso!
-¡Por favor!
-Si no me ayudas me moriré -dijo la niña pobre.
El hombre de negocios volvió a levantar la mirada de los papeles y golpeó la mesa con su pluma
-No eres una partida en mi contabilidad. Vete a la casa de beneficencia.
-Si no me ayudas, incendiaré el bosque -prosiguió la niña pobre.
Finalmente el señor de detrás del escritorio se levantó, pero la niña ya había encendido una cerilla y la había acercado a unas pajas secas, que empezaron a arder instantáneamente.
El hombre rico levantó los brazos.
-¡Socorro! -gritó-. ¡El gallo rojo está cantando!
La niña le miró con una sonrisa burlona.
-Al parecer no sabías que soy comunista.

Jostein Gaarder, El mundo de Sofía

domingo, 24 de mayo de 2015

"¿¡Me estás diciendo que me convierta en un hombre como él!? Un rey existe para su gente. No puede haber rey sin su gente. Él está planeando abandonar a la gente de su país. ¡Eso no es en lo que yo deseo convertirme!" ~Ling Yao
Fullmetal Alchemist: Brotherhood
 




miércoles, 20 de mayo de 2015

Tres tristes tigres triscan trigo en un trigal.
Están tristes y lloran, doloridos
por el halcón que persigue a un caballo magistral.
El caballo no tiene idea
de que bajo la sombra del halcón
Dios le ha dado alas para volar.
Y el halcón sigue volando, salvaje,
persiguiendo a su caballo,
incapaz de alcanzarlo,
dándolo todo y no recibiendo casi nada.
Solo la satisfacción
de ver a su caballo
que cree que es capaz de volar.

jueves, 23 de abril de 2015

¿La Familia Imperial? Sí, sí, claro que los conozco. Al Emperador lo llevaba yo de paseo por la Ciudad Pedrera cuando no era más que un chavalín. De la mano me cogía, así, y señalaba aquí y allá con sus deditos regordetes, alucinando con el colorido de mi ciudad. Como Gobernador, yo no podía por menos que sentirme orgulloso. 
La verdad, lo de sus padres fue una gran pérdida, no solo a nivel nacional y político. Todos lo pasamos mal durante los Años Negros, especialmente los cercanos a la Familia. Aquí, en el país, tuvimos nuestros problemas, ya lo sabes; no obstante, no me voy a poner a parafrasear lo que está ya contado y tanto tú como yo conocemos por nuestra propia piel. El que lo tuvo que pasar peor fue el muchacho esos cuatro años solo por el mundo.
Ya, ya sé que el científico estaba con él, ese tutor suyo tan peculiar. El bueno de Gyga cuidó siempre a su pupilo como si fuera su propio nieto. Ese muchacho no sería hoy lo que es si no hubiese sido por él, aunque a mí la ciencia nunca me interesó del todo. La política es mucho más entretenida, sobre todo para un viejo soltero y desocupado como yo.
¿Qué te estaba diciendo? ¡Ah, sí, la Familia Imperial! ¿Pero la de antes o la de ahora? Bueno, yo sé de todas, así que déjame que te cuente lo que te haga falta. 
Korian era un hombre bastante firme y educó bien a su hijo. La Emperatriz Laila siempre me resultó un tanto extravagante en cuanto a gustos y opiniones, pero no era mala mujer, y sabía dirigir con su marido. Actuaban como un buen equipo, no sé. Sin embargo, ya hemos visto que algunos sectores no estaban del todo contentos. Pero he dicho que no iba a hablar de los Años Negros.
El chaval creció bien aun siendo hijo único. Quizá de tanto pedir hermanos a sus padres en vano se quedó con las ganas y por eso ahora esa traductora le hace el capricho de familia numerosa, ¿no? Je, je, no sabe nada este tío.
Iba contándote que creció bien. Supongo que estas cosas se taparían en caso de suceder, pero por lo que yo sé no tuvo problemas de salud ni nada. Era un niño sano, fuerte y también listo, aunque no tan listo como esa traductora, dicen. Pero supongo que en aquel momento no la conocería; a estas alturas no se aguantarían.
Su padre estaba orgulloso de él y me decía siempre que no había visto nunca a nadie tan capaz para lo que le correspondía. Que su hijo sería un gran líder y que esperaba abdicar con tiempo para verlo cumplir con su labor. Pobre Korian, no era la mejor persona de este mundo pero se merecía ver cumplido ese pequeño sueño. Laila y él hicieron lo que pudieron.
¿Qué dices, que si el muchacho maduró? ¡Claro que lo hizo! ¿A ti qué te parece? ¿Vio a sus padres morir y tuvo que huir del país durante cuatro años sin inmutarse? Imposible. Pero he de decir que parece haberlo sobrellevado bien.
Al parecer cuando regresó buscó refugio en la casa de esa muchacha con la que se ha acabado casando. La traductora, sí. ¿Sabías que es hija de Stella Lupí? ¿No? Pues lo es. A sus padres no se les ha visto el pelo por el Imperio desde los Años Negros. O los mataron o emigraron, ni idea, pero al parecer su hija se las apañó para salvar el pellejo ya desde jovencita. No tendría ni diecisiete cuando el golpe de Estado y tengo entendido que ya la pusieron a trabajar como un peón haciendo eso que ella y pocos saben hacer. Qué valientes los humanistas estos, qué valientes.
Supongo que se conocerían de antes, no sé. El caso es que un día él y su ejército de animales extraños surgieron de la nada y el país se vio sumido en el caos. Por suerte la guerra no duró mucho, ¿eh? Y qué bien que tú y yo estemos aquí. En otras circunstancias estaríamos ya enterrados.
El problema de la guerra fue a qué bando apoyar. Casi todos sabíamos cuáles eran nuestros ideales, pero con un control tan exhaustivo por parte del nuevo gobierno, que ya funcionaba casi a la perfección tras esos cuatro años, era difícil hacer lo que uno quería. Desertar de tu bando sería morir. Entonces había que moverse con cuidado. 
Pero somos un buen país. Supimos salir adelante. Los humanos tropezaremos cuantas veces podamos y más, pero al final siempre nos levantaremos, ¿no? Hay que tener fe. Yo la tengo.
Te estaba hablando de la Familia, sí. El chaval, ya no tan chaval, ganó la guerra y puso orden. Lo hizo bien, muy bien. Me alegré de ver que las predicciones de su padre se hicieron realidad. No hay regímenes perfectos, pero este va en cierto modo sobre ruedas y superando los baches.
El caso es que durante tres años solo se le vio el pelo en lo estrictamente necesario. Se mantuvo bien en su posición y trabajó como una máquina, el pobre hijo de Korian. Hay que tener sangre. Yo lo veía de vez en cuando y me parecía que el renacuajo que me cogía de la mano y se reía de mis chistes malos se había convertido en un hombre de valor y buen uso para su país. Lloraría si fuera más blandengue, pero no lo soy.
Y un día, de la nada, apareció ella. Esa traductora que después de la guerra actuó en pequeñas misiones diplomáticas y tras eso desapareció por completo. Así, sin más. Se perdió del mapa.
Al parecer el niño la conocía de haber estudiado juntos o de relaciones comerciales de su madre y los Emperadores con algunas ciudades. 
Parecía una chica formal. No demasiado guapa, pero sí muy inteligente. Te lo digo porque todo eso está ya escrito en las memorias familiares y porque la conozco personalmente. He cenado alguna que otra vez ya con el Emperador y ella. Me estoy convirtiendo en un viejo cascarrabias y algo verde, pero entiendo bastante bien que el muchacho Korianev se haya fijado en esa mujer. Alguien que ha visto el mundo entero necesita a una persona que sepa hablar todas las lenguas. Tiene sentido. Esa chica es un portento y su marido un luchador. 
Aunque yo, la verdad, no sé bien qué pasó en esos tres años desde que acabó la guerra hasta que la muchacha volvió a la Capital, pues al parecer era nativa de aquí. Puedes leerlo ya si quieres, pero ella misma me ha contado a mí que se instaló en la ciudad de los libros y trabajó y se formó en las bibliotecas de allí. Un lujo para los bichos raros como ella: estanterías llenas de libros y gente con el cerebro lleno de palabras a cada lado de la calle. Lo que sigue siendo una incógnita son los motivos. ¿Por qué se iría justo al acabar la guerra para reaparecer tres años después y convertirse en Emperatriz? No soy tan maleducado como para preguntarles eso, pero me pica la curiosidad. Sería bueno oírla a ella hablar de todo esto, se le da muy bien contar historias.
Cuando se casaron él tenía veinticuatro años, y ella veintitrés. En otras circunstancias habría habido muchas movidas entre el bajo populacho, ya sabes, la gente que se interesa más por vidas ajenas que por la propia -como yo-, pero aún se sentía en la piel el efecto feroz de la guerra, así que nadie le dio vueltas. Pero si sus padres se hubiesen casado sin haber dejado ver antes las formalidades y fuesen ya por el tercer hijo no teniendo ni treinta años... habría sido bastante sonado. Pero vaya, Korian era un tío legal. Estoy seguro de que su hijo también. A lo mejor el secreto se les fue de las manos y tuvieron que correr al altar antes de que creciera el bombo, ya sabes a lo que me refiero. Cosas de viejos verdes.
Tengo entendido que ahora es ella quien lleva las gestiones de diplomacia y tratados. Tiene un equipo de traductores -seguro que ninguno tan capaz como ella- que la respetan como si fuese el mismo Úber. Ya sabes que no toleraba un no por respuesta. Por lo poco que he tratado con ella, puedo decir que es más transigente. 
Ahora tienen, como te he dicho, tres chavalines, y son bien parecidos al padre. Bueno, uno está en camino. Hay que ver, mis hijos ya no me pueden ni ver y esos no hacen más que perseguir a sus padres a todos lados. Al mayor lo tuvieron hace cinco años, y al pequeño, hace tres. Son pequeñas réplicas del padre, aunque por suerte la nariz se la han sacado a la madre. 
Son una familia bastante bonita. Vista desde fuera da una sensación de melancolía, no sé. Yo solo soy un viejo chocho, pero he visto a ese niño crecer y me alegro de que siendo hijo de un buen amigo mío ahora sea feliz. Tiene un cargo importante, pero ha sabido rodearse de gente competente. Si no, probablemente parecería mucho más inútil.
Lo más doloroso para los blandengues como tú y, en secreto, como yo, es pensar que ese pobre chico ha pasado un infierno para llegar a donde está ahora. Visto así, se tiene bien merecido el tener a esa muchacha al lado para darle consuelo. Si mi mujer hubiese sido la mitad de inteligente que Simona Drag-Lupí, yo sería hoy probablemente un viejo felizmente casado y menos verde. 
Es que son para verlos, tú. Hable el que hable, los estás escuchando a los dos. Cuando mi Sonia estuvo embarazada de cualquiera de nuestros hijos, yo buscaba el primer puente por el que tirarme, pero el chaval de Korian no para de decirle a su Simona lo guapa que está con la barriga y le recuerda que no se canse mucho. Al parecer la chica siempre ha estado tocada de algo de la sangre, pero nada de gravedad.
En fin, jovencita, ahí llevas toda la información que querías. Yo solo sirvo como cuentacuentos malo, porque a mí leer siempre se me hizo tedioso. Pero dime una cosa, ¿por qué estás tan interesada en el Emperador y su familia? ¿Piensas pintarlos en tus cuadros? ¿Vas a viajar hasta la Capital para hacerte un hueco en su Corte? Lo tendrás difícil, porque es muy reducida y se limita a sus amigos de confianza de antes de la guerra que, como supondrás, quedarán pocos vivos. Ahora es tu turno, joven artista: cuéntame por qué viajas hacia el Norte, hacia la Capital...

miércoles, 8 de abril de 2015

"Solo queríamos ver la sonrisa de mamá una vez más"

 

Este anime me ha marcado como solo han hecho otros dos. Reconozco no ser una experta en este campo ni haber visto tanto como muchísima otra gente, pero si hay algo que me encanta son las historias contadas de cualquier manera, y esta ha alcanzado mi corazón. El por qué exactamente no lo sé. ¿Serán esos escenarios, tan parecidos a los que imagino yo cuando escribo mis tonterías sobre esa Simona imaginaria? ¿Serán las conexiones entre los personajes, sus lazos de cariño o de inquina, de amor o de odio, de curiosidad o de mera conexión desconocida?  ¿Será el (guapísimo) Edward Elric, protagonista junto a su hermano Alphonse, y ese carácter suyo tan fuerte y decidido del que yo carezco? ¿O será la inteligente Winry, con sus herramientas y su cabeza de tecnóloga?
Ni idea. Todo me gusta, todo es genial. Hasta me ha sacado esas lagrimillas que no derramo ni con los libros.
Así pues, recomiendo Fullmetal Alchemist: Brotherhood a cualquiera que se pase por aquí a leer mis chorradas aleatorias y os deseo una buena entrada de la primavera a todos. ¡Que disfrutéis de esta maravillosa canción! 

Bruma.

martes, 24 de marzo de 2015

Ilusa leona Lannister.

Daenerys Targaryen
Le dedicó una sonrisa de disculpa y le habló de un espectáculo de marionetas que se había hecho muy famoso entre los habitantes de la ciudad: una representación en la que el reino de las bestias estaba gobernado por leones arrogantes y orgullosos. 
-A medida que avanza esta ultrajante historia -continuó-, los cachorros de león se hacen más vanidosos y codiciosos, hasta que empiezan a devorar a sus súbditos. Cuando el noble venado protesta, los leones lo devoran también, y rugen que están en su derecho porque son las bestias más poderosas.
-¿Y así termina? -preguntó Cersei, divertida. Bien mirado, hasta podía ser una buena lección.
-No, Alteza. Al final sale un dragón de un huevo y devora a todos los leones.

George R. R. Martin, Canción de Hielo y Fuego IV: Festín de Cuervos

lunes, 16 de marzo de 2015

Echemos ahora la memoria hacia atrás en el tiempo y miremos en otro plano. Sobrevolemos esta historia dispar que tengo en la cabeza rebobinando hasta alcanzar el punto que no es sino el principio, el germen del mundo creado por un cerebro hastiado que ansiaba viajar más allá de lo que tenía delante.
Nos encontramos entonces en los inicios de los tiempos de esta historia, un relato que aún no cobra forma exacta pero que pretende decir mucho más de lo que aparenta. Este relato contiene miedos, sueños, anhelos; todo ello conjugado en una extraña mezcla de personajes que faltan por nacer o ya no sirven para nada. Es como si mirásemos dentro del caldero de una bruja alocada y desordenada: sería extraño lo que encontraríamos ahí mezclándose, pero si esa bruja es buena seguramente haría una gran poción con sus ingredientes desperdigados.
La pregunta es, ¿es buena la que escribe esto, o por el contrario, se trata de una simple alma perdida que intenta encontrar el Norte cuando en realidad viaja hacia el Sur? Habrá que descubrirlo.
Decíamos que estábamos rebobinando hacia el comienzo de todo, hacia esos primeros rostros que surgieron con un amor idiota e imposible hacia lo inexplicable. Si esa versión de la historia hubiese seguido adelante, ¿qué tendríamos ahora? Muchas veces me lo pregunto.
Suelo sentirme tentada de desandar el camino y dar un salto hacia aquello que desterré hace tiempo, creyendo que enseñaba demasiado de mí misma. Sin embargo, lo que tengo ahora entre las manos parece un arma delatora, mucho más manchada de sangre que la anterior. Siendo así, ¿por qué no volver a la historia original y seguir haciendo de las mías en aquella realidad inicial? A nadie le importa lo que a mí me pase por la cabeza, soy solo una entre los siete mil millones de seres humanos que habitan el planeta hoy.
Como iba diciendo, vuelvo atrás y me encuentro en esa selva inicial. No sé qué mecanismo de mi mente me hace viajar exactamente a ese lugar, pero veo frondosa vegetación, quizás un claro en el bosque junto a una laguna. No nos confundamos: no es la selva de la que todos saben que hablo. No está llena de reptiles ni esconde los mismos secretos que la otra. Esta selva se encuentra en una pequeña isla en el único océano de este enano planeta, y no la habita nadie. 
Allí vemos parada una aeronave hecha enteramente de metal, con enormes remaches y distintas tonalidades de bronce. En lugar de describirla tal y como yo la imagino, os dejo a vosotros que la recreéis en vuestra mente al más puro estilo steampunk de lo que llamamos mundo real. 
Si andamos un par de kilómetros hacia el Norte de la isla, nos encontraremos una laguna profunda conectada por diversas cavidades con el mar que rodea el lugar. Las aguas son cristalinas y permiten ver el fondo, pero a nadie le interesa. Nos vamos a centrar en la pintoresca escena que tiene lugar a unos cuantos metros de la orilla de la laguna. 
Hay tres seres humanos y un enorme animal allí parados. El gurhum presenta un pelaje espeso color canela, y de sus costados salen alas membranosas y suaves que soportan el peso de varios hombres adultos. Sus ojos son distintos: el derecho, verde, y el izquierdo, azul. Podría pasar por un puma en nuestro mundo, de no ser por su gran tamaño y los rasgos mencionados. ¿No es una bestia hermosa? Pues, para colmo, sabe más de lo que cuenta, ya que los gurhum no saben hablar. Pero prosigamos.
Uno de los seres humanos, el más bajito, está ya entrado en años pero conserva la agilidad de sus primeros inviernos. Tiene un poco de pelo alocado y blanco como la nieve, y unas gafillas se ajustan en la punta de su nariz aguileña. Mira con gesto afable a los otros dos seres que hay ante sí, y les habla en su idioma. Les dice que allí corren peligro, que no pueden tardar demasiado en irse a la nave. Pero los otros dos humanos no parecen tener intención de moverse, seguramente porque no pueden.
Una, la única mujer, no ha vivido aún dos décadas completas. Es alta, pero está arrodillada. Su cabello es castaño como las hojas del otoño, y está recogido en una coleta de caballo dejando caer un flequillo coronado por enormes gafas de aviador. Sus ojos son negros, y halos pecosos surcan sus mejillas. Lleva ropa oscura y ajustada de algodón, y le corren profundas gotas de sudor por la frente y el pecho, hacia el interior de la camiseta negra. ¿Lo que le cae de los ojos también es sudor, o son lágrimas?
Es posible, ya que en su regazo reposa una cabeza. No os preocupéis, está unida a un cuerpo humano sano y salvo. Con arañazos, pero a salvo. Se trata de un ser de su especie y más o menos de su edad, del género masculino y considerable tamaño y fuerza. A su compañera le cuesta verlo indefenso, y su profesor nunca pensó que lo tendría así a sus pies desde que era pequeño y tuvo sus últimas fiebres. 
El muchacho tiene un color de piel aceitunado que ha palidecido para dar paso a labios morados y ojeras. El cabello rubio encrespado está mojado, igual que todas las vestimentas. Si abriese los ojos veríamos dos réplicas del azul cielo que tienen estos seres sobre las cabezas, pero por desgracia no lo hace.
Ya le han presionado el pecho, ya ha vomitado toda el agua que le cabía en los pulmones y más. ¿Qué le pasa, entonces, a este humano de fuerza hercúlea y juventud dorada? ¿Qué lo ha debilitado tanto? ¿Qué ha podido sobrepasar las barreras de su hombría y resistenca?
La respuesta la encontramos en la laguna. Unas cabezas bífidas asoman por entre las rocas, acechantes, observando con recelo la presa que han perdido. Podría haber acompañado a los otros hombres hermosos e incautos que forman su colección de cadáveres en vida bajo el agua, pero no lo han logrado. El humano al que intentaron raptar tenía demasiada fuerza y estaba ligado al mundo exterior con un lazo tal que era imposible de romper. Les resultaba especialmente molesto el hecho de que hubiese mirado con desesperación a la humana que lo acompañaba, esa mujer de piel dorada y sangre caliente que nunca en su vida sabría lo que es ser una hembra escorpión del agua. Lo peor de todo era el animal que la acompañaba y que se lanzó en picado a salvar al objeto de deseo de su humana, cobrándose la vida de una de sus hermanas.
Pero las sirenas escorpión ya no podían hacer nada. Entregarían a la compañera muerta a las profundidades de su océano, y dejarían al valioso semental que se marchase con su humana y le hiciese bebés llorones de esos que ellas nunca tendrían. Las crías de sirena escorpión no lloraban, ni eran tan blandas como las humanas. No había ni punto de comparación.
Así pues, las sirenas escorpión se marcharon a su mundo de sueños aguados, mientras el joven de sangre caliente al que habían intentado raptar recuperaba el conocimiento. Abrió levemente los ojos y el sol se reflejó en los mares de sus iris, deslumbrándole. Pronto una sombra lo tapó, un rostro hinchado y sudoroso de cuya boca salían palabras ininteligibles. El joven humano intentó preguntar qué era aquello, dónde estaba y por qué el sol lo deslumbraba, pero de sus labios solo salieron los restos de agua rezagados que quedaban en los pulmones.
El humano rechoncho le palmeó el rostro, le tomó el pulso otra vez y, junto a la otra humana, lo ayudó a incorporarse. Pesaba mucho, pero ella lo sostuvo y lo rodeó con los brazos. Si las sirenas hubiesen estado mirando, les habría parecido un ritual de cariño estúpido y propio de las blandengues mujeres humanas. Pero a la joven que lloraba había dejado de caérsele el mundo encima. Sabía que el joven estaba bien, que respiraba. Lo acunó y le acarició la mejilla en la que ya volvía a crecer la barba dorada, y él se dejó hacer. El humano más anciano miraba y sonreía, recordando juventudes pasadas y tiempos que no volverían. Pensó que todo lo malo pasa, y que frente al peligro siempre quedarían los nexos entre seres humanos que hacían nacer la vida, que movían el mundo y que, en lo tangible, se mostraban de forma parecida a aquel cuadro que observaba ante sí: una muchacha llorosa que sonreía y un muchacho que se dejaba abrazar y respiraba como si acabase de nacer. Sudados, mojados, llenos de arañazos no parecían gran cosa. Cuando tuviesen el destino en sus manos ya sería otro cantar.