Alcé la cabeza y mostré a la que está harta de parecerse al resto de la gente, a la que tiene mil sentimientos que ni muestra ni sabe describir con tinta y papel, a la que quiere pero no puede, a la que se recrimina y está llena de complejos; mostré a la chica que tiene miedo a que la vean llorar, pues le aterra su propia debilidad; mostré a la que quiere convertirse algún día en una mujer de mundo, que tiene sueños tanto vivos como rotos, pero sueños al fin y al cabo; mostré a un alma en pena habitante del desorden más colosal, mostré al tigre enjaulado que ruge con más fuerza conforme se estrechan los barrotes de su prisión; mostré al espíritu salvaje que ha sido reprimido y dañado por un furtivo cazador; mostré a alguien cuyas rodillas son más fuertes que su cabeza; mostré un corazón de hielo delator, unos ojos de fuego pétreo y unos puños de hierro fundido; mostré a alguien que aún no tiene ni idea de su propio nombre a pesar de que creció escuchándolo repetir a los terceros; mostré a alguien que quiere alcanzar una perfección en cuya existencia finge no creer; mostré a un alma débil, atrapada entre dos mundos; mostré a un alma solitaria que desprecia la compañía profundamente anhelada; mostré a alguien que sueña con los ojos abiertos y es incapaz de dormir en oscuridad; mostré a un ser muerto que respira; mostré una luna que se ha teñido de rayas y se prepara para cazar al lobo aullante entre la bruma.
Mostré algo.... pero no sé muy bien qué.
B.
LO mostrastes y lo sigues mostrando cada día. Por mi parte sí se que has mostrado o más bien a quién, y me enorgullezco de conocer a esa persona.
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