Todos le admiraban e idolatraban pero él no se inmutaba lo más
mínimo. Sabía que era querido y adorado por todos pero eso le daba
igual. Su única ambición fue siempre vivir en paz, pero todo
apuntaba a que la vida le había traído justamente lo que él no
pidió nunca. Aunque puede que no fuese así. A lo mejor simplemente
tenía la cabeza llena de serrín y por eso enamoraba a tanta gente.
No lo sabemos y no lo vamos a saber. No quiso hacérnoslo descubrir.
El caso es que a mí me pareció una persona ejemplar. Amigo tanto de
sus amigos como de sus enemigos. No materialista pero siempre con
estilo. No quiso pisar fuerte pero sin pretenderlo dejó huella
en todos nuestros corazones. Sólo quiso ser normal, pero lo único
que pudo hacer fue ser diferente.
B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario