Escuchar al corazón y seguirlo. Una consigna tan repetida que ya parece hasta inútil. ¿Quién ha logrado alguna vez que su corazón le diga "haz esto" o "haz aquello" y ha salvado con ello su culo o lo que fuese que tuviera en peligro? Creo que nadie, porque nos han enseñado desde pequeños a usar la cabeza, a centrarnos en el deber, a mantener una mente fría mientras aunque no queramos reconocerlo explotamos de sentimientos multicolores allá por el estómago y un poco más arriba.
¡Estupideces! Este año, antes de que nos volvamos a tomar doce uvas seguidas -esas que casi nunca terminamos y que nos dejan la boca como la de un hámster a punto de hibernar- deberíamos formar una revolución contra nuestro propio yo anterior y volar, volar lejos como un colibrí hasta tocar el cielo, sin temer lo que se pueda sentir o lo que nos puedan decir. Porque la libertad es eso, tocar los límites de nuestro propio cielo y rebasarlos, sin miedo del universo que pueda haber más allá.
B.
Es simplemente preciosa. *-*
ResponderEliminarEspero que hayas visto la película, porque es genial.
EliminarB.
No, pero desde que descubrí el personaje la verdad que tengo curiosidad.
EliminarRecomendada encarecidamente. Es de mis películas favoritas.
EliminarB.