Señorita escritora que jugando a los dados ha sacado un siete, pero del revés. Burlona, toma en sus manos los hilos de un teatro de guiñol y lo maneja a su antojo: un movimiento de caderas acá, una mirada clave aquí, un encuentro no tan desintecionado por allá... Todo con el único propósito de llamar a los cuervos a que revoloteen sobre ella.
Señorita escritora que no resultó ser tan buena persona como parecía. La primavera, que la sangre altera, inyecta azúcar puro en su cerebro calculador.
Señorita escritora que no se corta un pelo cuando le interesa. Juguetona, felina, cual tigresa por la selva, persigue a sus presas para jugar un poco con ellas antes de matarlas. ¡No hay que fiarse de esta señorita escritora, no, señor!
Señorita escritora que con pluma y papel cuenta todo lo que no pudo decir su boca de margaritas envenenadas. Palabras pulcras, enjoyadas y hermosas, que valen menos de lo que parecen valer.
Señorita escritora que fuma un cigarrillo con parsimonia mientras mira pasar el mundo a través de su ventana. Las noches se suceden una tras otra; en cada una se ve un rostro diferente, pero ninguno permanece en el recuerdo. Todos caen en el olvido de esta cruel señorita escritora.
Señorita escritora cuya vida no es más que una farsa, uno de los muchos cuentos de dragones que nacen cuando su bolígrafo revolotea sobre el papel. Su tinta es la sangre de aquéllos que la inspiraron para crear este arte maldito, marcado con su esencia.
Señorita escritora que por muchas caras que vea, por muchos filósofos que la amen, siempre permanecerá cerrada, escondiendo la perla que hay dentro de su cascarón. Y es que la dulcemente cruel, hermosamente vil señorita escritora, para su propia maldición, se niega a alejar su corazón del señorito emperador.
B.
¿Quién le ha dado a +G en esta entrada? ¿Es quien le da a toads las otras? No puedo saberlo porque, al parecer, no lo tengo entre mis contactos.
ResponderEliminar¡Manifiéstateee!
B.