miércoles, 16 de abril de 2014

Relato de una mujer de los fiordos.

Hay un sendero que penetra en el bosque, procedente de un recóndito lugar.
Se trata de encontrar el sendero, luego el cuerpo te puede acompañar.
Pasar árboles, flores y hormigueros, hasta llegar a un viejo castillo,
en el castillo hay tres damas, delicadas y con mucho brío.
Esperan y esperan al príncipe, quién sabe si alguna vez llegará,
cantan una canción mientras esperan, el tono melancólico será.

Hanne Ørstavik, Amor


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