viernes, 28 de septiembre de 2012

Desde los míticos sucesos del campus de Berkeley, o los ya literarios del quartier latin, París/68, oleadas sucesivas de adolescentes hemos ido llegando a la universidad y dando nuestro gritito, izando nuestra pancarta, corrido ante nuestros guardias. Punto y aparte. Entonces yo pregunto, ¿dónde están nuestros mayores?, porque pronto serán los hijos de aquellos pioneros quienes griten, ondeen o galopen por el green, y ¿qué ha cambiado? Las nuevas oleadas no engrosan el ejército de la revolución, porque las viejas han ido desertando tiempo ha, se han integrado, han sido digeridas; de donde se deduce que el movimiento estudiantil es eso, estudiantil únicamente, y por lo tanto sólo un lujo que la sociedad burguesa nos permite por un tiempo. ¿Y quién es la sociedad? De aquí infiero que el estudiante es gilipollas, porque la sociedad somos nosotros mismos con unos años más, salvo excepciones.


Una noche, un puñal, José Luis Martín Vigil.

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