Reducir primero el presupuesto militar y eliminarlo más tarde. Borrar de la faz de la Tierra todo aquello que sirva para la extinción de los seres vivos. Multiplicarse en canciones, en poesía. Edificar escuelas y bibliotecas en los cimientos demolidos de las fábricas de armamento. Hacer un solo ejército con militantes de todos los colores, de todos los idiomas, de todas las creencias, y construir unidos la Babel de la concordia humana, una especie de casa del mundo desde la que se luche contra el hambre y el analfabetismo.
Cartas a una sociedad marginada, Manuel Aníbal Álvarez.
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