Las pasiones humanas son un misterio, y a los niños les pasa lo mismo que a los mayores. Los que se dejan llevar por ellas no pueden explicárselas, y los que no las han vivido no pueden comprenderlas. Hay personas que se juegan la vida para subir una montaña. Nadie, ni siquiera ellas, puede explicar realmente por qué. Otras se arruinan para conquistar el corazón de una persona que no quiere saber nada de ellas. Otras se destruyen a sí mismas por no saber resistir los placeres de la mesa... o de la botella. Algunas pierden cuanto tienen para ganar en un juego de azar, o lo sacrifican todo a una idea fija que jamás podrá realizarse. Unas cuantas creen que sólo serán felices en algún lugar distinto, y recorren el mundo durante toda su vida. Y unas pocas descansan hasta que consiguen ser poderosas. En resumen: hay tantas pasiones distintas como personas distintas hay.
La Historia Interminable, Michael Ende.
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