viernes, 19 de octubre de 2012

Que no, que no me creo nada de que esto es madurez. Lo que a mí me pasa es que me cuesta hacer que todas mis facetas personales lidien: la buena alumna que hace todos los deberes y estudia a más no poder, la artista enfadada con el mundo y la adolescente cursi que necesita que venga alguien a levantarla cada vez que se cae. Lo que yo necesito de una puñetera vez es que algún alma caritativa me pegue dos guantazos bien grandes, me diga todo lo que me tiene que decir y me deje puesta en mi sitio. Lo que ustedes, señores adultos, no entienden, es que estamos incomprendidos. Papá, mamá, ¿por qué carajo creéis que no hablo nunca de "chicos"? Pues por la sencilla razón de que no confío lo suficiente en vosotros. Porque para mí no existe el papaíto protector de su princesita atrapada, ni la madre casera que se pasa el día cocinando. A mí me inculcaron valores raros, que luego yo tuve que moldear y acomodar a mí. Y no sé por qué, de tanto racismo y tanta mierda, soy pacifista. Aunque eso ahora no viene a cuento.
El caso es que nos sobresaturan, señores mayores de edad. Se creen que por ser jóvenes nuestro cerebro funciona a la perfección, pero resulta que los sesos los tenemos llenos de serrín que otros adolescentes nos metieron dentro. 
Ustedes son muy objetivos, señores adultos. Hablan mucho del acostarse temprano, desayunar fuerte, atender en clase, hacer deporte todos los días y estudiar de forma periódica, además de hacer los deberes siempre a tiempo. ¿Pero es que no saben, damas y caballeros cuarentones, lo que es llegar a casa sintiéndose prácticamente una mierda de hormiga en medio de la sociedad y estar hasta las tantas metido entre las páginas de un libro o llorando por una puñetera canción cursi? ¿Nunca han tenido ustedes el apetito rajado por desamor, o la cabeza tan llena de pájaros que la clase de Física ha sonado a chino? No me jodan.
La objetividad no existe para nosotros, y para ustedes tampoco. Y tengo pruebas, pues se pasan el día criticando, hablando de política, de lo mal que va la sociedad y demás. Y sus dolores de cabeza no tienen fin.
Y nos quieren decir a nosotros que seamos responsables. Já. Es que me parto de risa. Vuelvan a los quince años, pero sitúense en medio de esta sociedad consumista y llena de gente superficial. ¿Qué les parece?

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